
Entrevista

El soñar magnífico de Mar Solís
Una artista abstracta que trabaja sin complejos con las emociones
Entrar en el estudio de un artista es como acceder a un universo personal e íntimo, alojado en el interior más profundo de alguien que te permite por un rato envolverte del ambiente que él mismo respira a la hora de crear. No es solo un taller, sino el escenario de un soñar magnífico en el que se descubren cosas del que vive en ese espacio simplemente mirando alrededor, observando las obras de arte, las herramientas de trabajo y su disposición. Es como echar un vistazo en un lugar poco transitado por extraños y sentirse uno privilegiado.

Mar Solís me recibe sonriente en el medio del escenario, su “laboratorio de la nueva experiencia”, rodeada de sus piezas escultóricas que ocupan una generosa superficie de un estudio grande y espacioso. Parece la reina de su mundo conquistado, que ella misma ha creado con sus manos. Una reina, a la que he de tutear, que orgullosa me habla de cada una de sus obras y me va introduciendo poco a poco en su sueño magnífico donde flotan líneas, vacíos, volúmenes, sombras y emociones, y así me convierte en habitante, por un rato, de su espléndido universo particular.


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